martes, septiembre 12, 2006


LA ALIMENTACION Y
NUESTRA CAPACIDAD MENTAL



Vaya a donde vaya, ya sea a la escuela o a una reunión, o si desea simplemente que su cerebro rinda al máximo, un desayuno sano es fundamental. Los hallazgos más fiables de hoy en día indican que lo que ingerimos en el desayuno influye en los procesos ligados a la formación y la recuperación de recuerdos, así como en la gestión de información compleja.

Los científicos que se dedican a investigar sobre temas relacionados con la infancia han puesto de manifiesto que los niños que se saltan la primera comida del día cometen más errores en los ejercicios de resolución de problemas, que los que se toman su tiempo para desayunar. También han demostrado que los jóvenes que no desayunan obtienen peores resultados en las pruebas académicas que quienes comen algo antes de examinarse.

Parece ser que los efectos beneficiosos del desayuno se deben a que incrementa el índice de glucosa en la sangre, que a su vez activa un transmisor cerebral denominado acetilcolina.

Los investigadores que trabajan en esta área, como el Profesor David Benton de la Universidad de Gales, consideran que este neurotransmisor está relacionado con la memoria, pues está demostrado que las sustancias que frenan su producción reducen, en particular, la capacidad de recordar nueva información.

Para producir acetilcolina, se requiere vitamina B1; por tanto, asegurándonos de que la dieta contiene un gran aporte de este nutriente, podemos contribuir a optimizar la actividad mental durante toda la mañana. Entre los alimentos a base de cereales que contienen vitamina B1, cabe mencionar el pan integral o enriquecido y los cereales enriquecidos.

Nuestra facultad de reflexionar con claridad no depende únicamente de la calidad de las últimas comidas ingeridas. La capacidad intelectual también se ve afectada a largo plazo por la calidad nutritiva de la dieta en general. Si no se ingiere, por ejemplo, suficiente hierro durante demasiado tiempo, tanto la capacidad de concentración como el coeficiente intelectual podrían disminuir.

Está comprobado que la insuficiencia de hierro tiene efectos negativos sobre la memoria en adultos y niños, y que en los más pequeños y los bebés crea trastornos en el aprendizaje y la atención .

Mientras que las mujeres son más propensas a la deficiencia de hierro, la carencia de otro micronutriente, el yodo, afecta a ambos sexos. Cuando su nivel es insuficiente, repercute en particular en la capacidad de iniciativa y la toma de decisiones, y aunque este problema sólo se da en ciertas regiones europeas y en los países en vías de desarrollo, es bueno consumir sal yodada, pescado, marisco, carne, leche y huevos para mantener siempre el aporte necesario.

Así como la carencia de ciertos elementos en la dieta puede producir el deterioro de la actividad mental, una buena combinación de otros contribuye a activar rápidamente el cerebro. La cafeína, por ejemplo, que tiene un suave efecto estimulante, actúa sobre el sistema nervioso central y nos mantiene alerta.

Ciertos experimentos indican que la cafeína es capaz de acelerar en un diez por ciento el procesamiento rápido de información en el cerebro, y que tomar un café después de la comida ayuda a contrarrestar la habitual somnolencia tras llenar el estómago y a mantener la concentración.

Lo importante no es lo que se bebe, sino beber en cantidad suficiente. Una ínfima reducción de la hidratación puede afectar a la capacidad intelectual. Recuerde que cuando siente sed, ya está deshidratado, así que no deje de hacer regularmente pausas durante el día para beber, de modo que el cerebro se mantenga siempre despejado.

Espero amiguitos que este artículo les sea útil.

Mientras más sepan más se van a cuidar, de eso estoy seguro!!

Nos vemos

No hay comentarios.: