HOMENAJE
Hoy quiero dedicarle el blog a un gran deportista que ayer puso punto final a su carrera profesional.
Me refiero al gran Andre Agassi
En 1994 llegó a ser el primer jugador que, sin ser cabeza de serie, llegaba a la final del Abierto de Estados Unidos desde 1971 y el primer estadounidense en ganarlo al vencer al alemán Michael Stich. Ese mismo año, se convirtió en el primer jugador en saltar del top 30 a la segunda posición del ranking en una misma temporada.
Como si esto fuera poco, Agassi es, junto a Steffi Graf ( su esposa), el único tenista que ha logrado ganar los cuatro Grand Slam (torneos más importantes del año) y una medalla de oro en los Juegos Olímpicos en individuales. ¡Qué jugador!.
Un corazón social
Agassi tiene un corazón grande y así lo ha demostrado. Tiene clara sus prioridades y en innumerables ocasiones ha dicho que juega tenis no por la plata, sino porque este deporte es de las cosas que más le gusta hacer en la vida.
Sin embargo, hay otras cosas que le quitan el sueño.
Una de ellas son los niños.
En 1994, el tenista formó una fundación de caridad para niños que han sido abandonados o que han sido víctimas de algún abuso y cuyas condiciones económicas son una verdadera barrera en su educación. Opera en Las Vegas, también lugar de residencia del deportista, y lleva su nombre.
La idea de la fundación es combinar lo emocional, lo físico y lo educativo, entregándole a los niños una enseñanza integral que les forme una buena autoestima, un carácter y que, por sobre todo, les abra posibilidades en la vida.
http://www.agassifoundation.org/
Además está a cargo de una academia de tenis, dándose el tiempo para ir a jugar con los jóvenes.
Pero la caridad parte por casa y eso él lo sabe. Siempre tiene tiempo para su familia. Es más, cuando hace algún tiempo se enteró de que su madre y una de sus hermanas tenían cáncer de pecho, suspendió absolutamente todas sus actividades para estar con ellas y no le importaron ni los torneos ni el ranking.
Y por último quiero terminar con las palabras que dijo ayer después de estar un rato largo emocionado hasta las lágrimas.
"La pizarra indica que perdí, pero no dice lo que gané. Durante 21 años encontré en ustedes la inspiración, la honradez y la generosidad. Ustedes me permitieron alcanzar mis sueños. Guardaré estos momentos para el resto de mi vida".
Desde aquí este humilde homenaje a un grande.
Nos vemos mañana en la Corporate Class
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